
El Agua alcalina se trata de agua cuyo pH está por encima de 7 en la escala de pH, esto significa que sus niveles de iones de hidrógeno son menores y que por ende hay más oxígeno libre lo cual la torna más básica y por esto tiene un pH que está entre 8 y 9, el agua del grifo tiene un pH 7 o sea neutro.
¿Cómo se obtiene el Agua Alcalina?
Para obtener agua alcalina hay dos maneras: la natural, se da porque el agua pasa a través de diferentes capas del suelo, rocas, y demás formaciones geológicas, que son propios de los manantiales y que, dependiendo del tipo de suelo, actuando como “filtros”, le aportan minerales que elevan su pH, generalmente estos minerales son benéficos para la salud.
La segunda forma de obtener agua alcalina es a través de procesos de filtración que utilizan filtros especiales, accesorios para grifos y aditivos que elevan los niveles de pH del agua que viene del grifo para hacerla alcalina,
Este proceso se conoce como ionización y es por medio del cual se obtienen la mayoría de aguas alcalinas disponibles en el mercado y que son envasadas, estas aguas son pobres en minerales y a la larga no cumplen con los beneficios que prometen y, por el contrario, pueden ser dañinas para la salud.
¿Por qué se asegura que el Agua Alcalina es mejor que el Agua del Grifo o que el Agua Mineral con pH Neutro?
Lo que aseguran los fabricantes, es que el agua alcalina al tener un pH más elevado, ayuda a alcalinizar nuestro cuerpo, obteniendo como resultado la prevención del envejecimiento prematuro, una hidratación más efectiva, pérdida de peso de manera rápida y un gran aliado en la lucha contra enfermedades crónicas como el cáncer.
De todos los anteriores beneficios que se nombraron, no hay evidencia científica que corrobore que el agua alcalina sea un factor directamente responsable, lo que existen son pequeños estudios que han sido financiados por los mismos fabricantes, que son poco concluyentes en donde se han logrado resultados aceptables en cuanto a hidratación en deportistas pero que a la larga no demostraron una diferencia significativa.
Por otro lado, otros estudios han demostrado que, teniendo una alimentación altamente nutritiva y balanceada, junto con el consumo de agua alcalina, se obtienen resultados a nivel terapéuticos iguales a que si se utilizaran medicamentos para el reflujo y la acidez.

Sin embargo, tampoco los resultados fueron del todo concluyentes porque los cambios en la acidez del estómago se atribuyeron con mayor vehemencia al consumo de alimentos sanos y de manera balanceada, más que al consumo de agua alcalina.
Todo esto nos lleva a reflexionar y a recordar casos anteriores de estudios financiados por gremios productores de ciertos productos que han manipulado los resultados por medio del marketing para convencer a los consumidores de los aparentes beneficios que proveen sus productos.
Como ejemplo podemos ver el caso del gremio azucarero en los EEUU durante la década de los 50 en donde los estudios atribuyeron el aumento de la obesidad y otras afecciones de la salud al consumo de las grasas y ocultaron que los reales responsables son los azúcares añadidos de la mayoría de productos alimenticios presentes en el mercado.
Sabemos que el agua del grifo es altamente controlada y sometida a procesos de potabilización que son seguros para la salud gracias a los estándares de calidad en los procesos de los acueductos,
Además, contiene cloro, que ejerce una función desinfectante eliminando microorganismos nocivos, pero son niveles seguros para el consumo humano, por lo cual no habría sino necesidad de pasarla por un proceso de purificación que termine de eliminar algunas sustancias residuales que puedan presentarse por el deterioro de las tuberías y del sistema de acueducto, para que sea óptima para la salud.
Desmintiendo los mitos

Primero que todo, es necesario resaltar que no es posible alterar el pH de nuestro organismo con el consumo de agua alcalina, en la medicina, hay materias completas que se dedican al estudio del equilibrio ácido-base, determinado por el pH (concentración de iones de hidrógeno de una sustancia) y cómo funciona ese balance para mantener nuestra salud.
Con respecto a eso, se sabe que cada órgano tiene un pH particular, pero tal vez, la medida más importante es el pH que debe tener nuestra sangre (7,35 ligeramente alcalino), los médicos intensivistas tienen muy en cuenta este parámetro, ya que una alteración leve de este delicado equilibrio generalmente es fatal y se da únicamente en condiciones de emergencia o de estado crítico en los pacientes.
Esto quiere decir, que a menos que estemos en una condición de estado crítico en donde se requiera ser internado en una Unidad de Cuidado Intensivo, el pH de nuestro organismo no se altera de manera significativa y menos de manera inmediata, lo cual desmiente que el agua alcalina pueda balancear el pH del cuerpo.
Entonces, ¿Qué factores pueden alterar el pH del organismo?
Sin embargo, a largo plazo el pH del organismo puede verse afectado y algunos de los factores que pueden contribuir a esto son:
- El exceso de consumo de sal y azúcares refinados.
- Una dieta rica en alimentos procesados.
- El estrés.
- La falta de sueño.
- El consumo prolongado de trazas de pesticidas.
- Un ritmo de vida poco saludable.
Todo lo anterior favorece a que con el paso del tiempo y de la edad, nuestro metabolismo ocasione una sobreproducción de ácido en la sangre y que nuestro cuerpo sea incapaz de regular su equilibrio ácido-base, ya que se alteran los niveles de potasio, sodio, magnesio y calcio, lo cual se conoce como una acidosis metabólica leve y que resulta altamente perjudicial para la salud.
¿En qué contribuye el Agua Alcalina a mejorar nuestra nutrición y nuestra salud?
La acidez está relacionada con el desarrollo de cáncer y con un incremento del cortisol que es la hormona del estrés, esta hormona en altos niveles, propicia el sobrepeso, las enfermedades cardiovasculares y también la aparición de tumores malignos, entre otros problemas de salud.
Es por esto que muchas investigaciones han demostrado que una dieta rica en frutas, verduras y granos enteros, contribuyen a mantener la cantidad de minerales y otros elementos que regulan el pH del cuerpo.
Los beneficios que se le atribuyen al agua alcalina se basan en un supuesto factor reductor del estrés oxidativo, esto hace referencia a que un exceso de iones de hidrógeno genera un déficit de oxígeno en las células generando acidez en ellas, mientras que, en presencia de un medio alcalino, los iones de hidrógeno son escasos, redundando en una mayor disponibilidad de oxígenos para que sea absorbido por las células.
Pero como dijimos anteriormente, no hay estudios que corroboren de manera contundente estas afirmaciones, y menos que sean producto del consumo de agua alcalina, el único beneficio real que se ha podido relacionar, como lo dijimos anteriormente es, que ayuda a contrarrestar la acidez del estómago impidiendo la activación de la pepsina, lo cual reduce las agrieras y el reflujo.
Entonces si no representa beneficios reales para la salud, ¿cómo la afecta?
El primer efecto secundario que se puede producir por el consumo prolongado en el tiempo de las aguas alcalinas, es la disminución de la acidez natural del estómago y alteración de la flora bacteriana del intestino.
Todo esto produce problemas gastrointestinales ante la dificultad de digerir de manera adecuada los alimentos, además de desnutrición porque al no digerirse bien, no se puede realizar una absorción adecuada de los nutrientes.
Otro de los efectos secundarios son irritaciones en la piel, incluso gracias a estudios hechos en crías de animales, se demuestra que el consumo de aguas alcalinas produce deterioro en el crecimiento y daño en el músculo cardiaco.
Recomendaciones
Hasta que hayan resultados concluyentes a nivel científico que prueben los supuestos beneficios del agua alcalina, lo recomendable para mantener unos niveles de pH óptimos, es tener una alimentación rica en frutas, verduras, granos enteros, y que sea balanceada, para que se mantenga óptima la relación entre el sodio y el potasio presentes en el organismo.
Adicionalmente, se recomienda que el consumo de agua sea de agua pura (ojalá de manantial) y de no ser posible, el agua del grifo es la adecuada.
Estos cuidados, ayudarán a mantener la salud de los huesos, reducción de la pérdida de masa muscular y a prevenir enfermedades como la hipertensión, diabetes, y otras enfermedades crónicas por mala nutrición.